El proyecto «Embajadores de la biodiversidad II» sirve de punto de partida para futuras iniciativas que tengan entre sus objetivos la recuperación y puesta en valor de estos recursos fitogenéticos. Además, se trata de un proyecto intergeneracional que, aunque se dirige a agricultores veteranos y conocedores del entorno rural, sirve como referente para generaciones más jóvenes de los huertos escolares de los municipios de la zona. Nuestros embajadores de semillas comparten sus trabajos de investigación y sus conocimientos tradicionales con los más jóvenes, con el objetivo de conservar el patrimonio genético que constituye una herencia recibida de nuestros antepasados.
El actual proyecto de ciencia ciudadana, orientado principalmente a un público adulto con un perfil completamente alejado de la ciencia como son los hortelanos del medio rural aragonés, tiene en cuenta la participación activa de otros colectivos como centros escolares y centros de Educación Especial, pero este año añadimos desde el principio, gracias a nuestra profundización de la primera edición, a colectivos estratégicos como Embajadores divulgadores que van a generar un efecto multiplicador en el alcance de la acción. Por citar algunos: Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2), Alianza Agroalimentaria Aragonesa, Slow Food Huesca y Zaragoza, Red de semillas de Aragón, Universidad de Zaragoza… en total tenemos a 18 entidades que han firmado cartas de apoyo al proyecto.
Los objetivos generales del proyecto son:
- Fomentar e incentivar el acercamiento de la ciencia, la tecnología y la innovación a la sociedad del ámbito rural, prestando especial atención a nuestros Embajadores de semillas: los hortelanos.
- Mejorar la educación científico-técnica de toda la sociedad, en especial, a través de la adaptación de las actividades al ámbito escolar con los huertos escolares.
- Incrementar la difusión de los resultados de investigación científico-técnica del CITA dando a conocer el Banco de Germoplasma Hortícola a la ciudadanía. Mejorando la calidad de la información del Banco, aumentando el número de usuarios interesados en volver a cultivar variedades tradicionales y, de este modo, conservar el material vegetal y la Biodiversidad de la zona.
- Acercar a la sociedad un tema de relevancia e impacto social a través de la ciencia y la tecnología para mostrar la historia de la biodiversidad de nuestro entorno a través de la investigación de las semillas.
- Impulsar la participación activa del entorno rural, gracias a la participación de los hortelanos y de los centros de enseñanza en esta actividad.
- Colaborar en la divulgación científica, a través de la creación de redes y sinergias con los Embajadores divulgadores.
Además, el conjunto de acciones del proyecto contempla los siguientes objetivos de carácter específico:
- La participación ciudadana, siendo protagonistas de la investigación, hortelanos que comúnmente son personas alejadas de la ciencia y estudiantes en sus huertos escolares, desde el inicio con la siembra de las semillas, durante con la toma de muestras y en los resultados con la recopilación de datos y elaboración de las fichas facilitadas.
- Ser un proyecto inclusivo, socialmente integrador y un punto de conexión entre el ámbito rural y el urbano, debido a la conexión entre el público adulto (incluso 3a edad) y los más jóvenes y, gracias a la participación activa dentro del equipo de investigadoras de primer nivel del Centro con Cristina Mallor que, con sus seminarios para presentar el proyecto y su tutelaje con los participantes, servirán de referencias científicas femeninas en un entorno no muy habituado a ello.
Por todo ello, al plantear el desarrollo de un proyecto tan innovador en cuanto a forma y temática, se consigue
una visión distinta del contenido científico; y al tener que trabajar sobre temática conocida para los hortelanos
se consigue una predisposición innata a la comprensión del contenido científico que se les ofrece. Además, el
proyecto se relaciona con los ODS un enfoque interesante, sobre todo para los centros escolares.